La banca ha sido uno de los sectores más transformados en las últimas dos décadas. Lo que empezó con simples portales de consulta online se ha convertido en ecosistemas digitales completos con servicios móviles, pagos instantáneos y experiencias personalizadas.
Durante más de 15 años trabajando en proyectos para entidades como BBVA, Santander y Sabadell, he visto cómo la transformación digital pasó de ser un reto tecnológico a una cuestión de supervivencia.
La era del cambio: del mostrador al smartphone
Entre 2008 y 2015, el foco fue la digitalización operativa. Se trataba de optimizar procesos, reducir costes y cerrar oficinas físicas.
Hoy el cliente exige algo más: personalización, agilidad y disponibilidad total. Los bancos que entendieron esta transición primero, invirtieron en automatización, APIs y cultura Agile.
El reto cultural y la resistencia interna
La tecnología no fue el obstáculo. Lo fue el cambio de mentalidad.
En muchos proyectos, los procesos estaban listos para automatizarse, pero las estructuras internas y los silos departamentales frenaban el avance.
El éxito vino cuando los equipos asumieron que digitalizar no es "hacer más rápido lo mismo", sino repensar la experiencia completa.
Fintech: el catalizador que despertó a los gigantes
Las fintech mostraron cómo podían lanzar productos financieros sin la pesada estructura de un banco tradicional.
Eso obligó a las entidades a adoptar metodologías más ligeras, como DevOps, y a crear sus propios "laboratorios digitales".
Lecciones para el futuro
- La transformación nunca termina
La banca del futuro no será la que más tecnología tenga, sino la que mejor la integre en la vida de las personas.
